viernes, 4 de febrero de 2011

LA ESCUELA COMO COMUNIDAD CRITICA AL SERVICIO DE LOS VALORES DE UNA SOCIEDAD DEMOCRATICA

LA ESCUELA COMO COMUNIDAD CRÍTICA AL SERVICIO DE LOS VALORES DE UNA SOCIEDAD DEMOCRATICA
La idea central del texto está basada en conectar nuestras realidades educativas con los desafíos de una sociedad que se proclama democrática y es consciente, al tiempo, de que es preciso inventar, crear, seguir luchando y profundizar en el desarrollo de una democracia, realmente progresista. En lo que atañe a la educación, ese reto pasa por muchos frentes. Los valores de la democracia deben servir para pensar, legitimar y diseñar el curriculum, esto es, la selección, organización, tratamiento y distribución del conocimiento que ofrecen y promueven las escuelas y la educación. Al mismo tiempo, creo que esos mismos valores deben servir también para reflexionar, imaginar y pelear por un nuevo tipo de escuelas como organizaciones educativas que tienen encomendada, y de hecho realizan, una función mediadora más importante de lo que suponemos en la conformación del tipo de educación que ofrecen a los ciudadanos y la sociedad.
La idea de la renovación pedagógica en nuestro país sigue preferentemente vinculada en la mentalidad de muchos profesores al aula y al trabajo cotidiano entre profesores y alumnos.
Deberiamos repensar los centros de educación de otra manera, como organizaciones instituidas para la educación, haciéndose cargo de la reconstrucción social, cooperativa y reflexiva, y critica de lo que se hace y las funciones educativas y sociales que cumplen y deberían cumplir en el seno de una sociedad.
Desgraciadamente, el discurso innovador en nuestro país no puede ir vinculada al centro como organización, a la escuela como un todo a la comunidad educativa.
LAS ECUELAS COMO ESPACIOS DE RESISTENCIA Y RECONSTRUCCION CRÍTICA DE LA EDUCACION
Postular que las escuelas sean pensadas como espacios socioeducativos de resistencia Y reconstrucción de la educación, significa apostar de un lado, por una opción ideológica y política.
Pensar entonces en una concepción de las escuelas como esferas sociales donde lo cultural y la educación pueda ser abordado y resuelto de forma democrática, y por lo tanto a la luz de los principios anteriores, no resulta sino una manera de profundizar en algunas de las opciones ideológicas, de poder, y políticas, a través de las que puede desarrollarse un discurso pedagógico sobre las virtuales contribuciones de las escuelas al desarrollo de una sociedad democrática y simultáneamente , ciertas prácticas organizativas y pedagógicas.

En realidad, la construcción teoría de las escuelas como espacios socioeducativos para la profundización en una democracia como la referida, así como una praxis educativa congruente con esta idea requiere un esfuerzo conceptual nada fácil y comparte una determinada opción ideológica
Cada escuela tiene su propia historia y genera sus propias dinámicas de reconstrucción interna, aun cuando todas las de un mismo país estén regidas formalmente por las mismas estructuras normativas y mandatos oficiales. Estas están históricamente construidas en los valores creencias y sentidos que componen su cultura.
Las escuelas y los educadores pueden optar por irse construyendo así mismos como instituciones socioeducativas y como profesionales resientes tomando conciencia que contienen conocimiento que seleccionan, organizan y distribuyen a los alumnos.

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